Repiques de primera clase
Según la ordenanza de 1872, se trata de un repique de ocho minutos de duración que se repite tres veces, mediando un intervalo de no menos de seis minutos entre la primera y la segunda vez. Es una forma de toque vinculada a las grandes fiestas del Calendario Litúrgico como Semana Santa, Epifanía, Navidad, etc. También se ha usado históricamente como forma de celebración de diversos conflictos políticos y bélicos.
Repique con órgano y pájaros
en San Ignacio por la Fiesta de la Inmaculada (fragmento)
Repique por la Fiesta de la Epifanía
en Santo Domingo (fragmento)
Repique por la Fiesta
de San Francisco Asís en San Francisco (fragmento)
Repique de Navidad
en Santo Domingo (fragmento)
Repique
por la Fiesta de San Agustín en San Agustín (fragmento)
Repique por Nuestra Señora de los Ángeles (Porciúncula)
en San Francisco (fragmento)
Repique de Jueves Santo
en Santo Domingo
Repique por la Fiesta de la Inmaculada
en San Ignacio
Repique por la Fiesta de San José
en San Francisco
Otros repiques
Como se señaló, el repique se asocia a diversas festividades del calendario litúrgico. Entre ellas podemos contar procesiones, acontecimientos extraordinarios, o bien momentos de la misa que lo requieren como complemento.
Repique de Corpus Christi
en San Francisco
La fiesta de Corpus Christi constituye una de las solemnidades más importantes del calendario litúrgico. Históricamente, se trataba de un evento social de enorme relevancia para la comunidad, que encontraba su punto neurálgico en la gran procesión efectuada por el centro de la ciudad. De acuerdo a su relevancia, se acompañaba por un extenso repique, que conoció diversas versiones entre el período colonial y los siglo XIX y XX. Actualmente, su morfología queda determinada por las condiciones particulares de la procesión del año, establecidas por el arzobispado.
Repique por los 400 años
de la Iglesia de San Francisco
Repique extendido en ocasión de la celebración de los 400 años del Templo de San Francisco en la Alameda
Repique de Gloria de Jueves Santo
en San Ignacio
Durante la Semana Santa, la Iglesia dispone un cese en el uso de las campanas, que tradicionalmente se reemplazaban por una matraca (dispositivos de madera percutida). Esta pausa se extiende desde el canto del Gloria del Jueves Santo hasta el canto del Gloria de la Vigilia de Pascua. Ambas instancias eran acompañadas por un repique de campanas, de igual duración que el himno.
Repique de Procesión
Fiesta Perpetuo Socorro
El toque de las campanas funcionó como complemento de diversas procesiones. Se trata de la dimensión sonora de una expresión litúrgica que recurre a elementos visuales e incluso olfativos (por las flores y el incienso), destinados a convertir los sentidos en instrumentos de conexión con la dimensión sobrenatural. Al sonido de las campanas podía unirse el estallido de cohetes, o bien las músicas procesionales que acompañaban el desplazamiento de la respectiva procesión. Al igual que en el caso del Repique de Corpus Christi, la duración de este tipo de toque queda determinado por las circunstancias particulares que rodean la realización de la procesión.